El hombre que encierra el
redondel rosa es el marcador de punta del equipo campeón del Torneo Regional de
Trelew de 1959, el Club Atlético Independiente de Trelew. Un marcador aguerrido,
poco habilidoso, de piernas largas y gran juego aéreo, capaz de frenar las
corridas de cualquier wing que se le enfrente y capaz de con solo anticipársele
y poner el cuerpo invitar a sus rivales a que elijan otro deporte para
divertirse. Es corpulento y forajido. Hombre de pocas sonrisas. Es la máxima expresión
de virilidad. Es de esos que se tiran a barrer en barro o en tierra seca y como
buen tano siempre salen bien peinado para la foto. A pesar de sus falencias
motrices que hacen que el equipo juegue con uno menos en ataque, sus compañeros
le quieren siempre en su equipo. Todo aquel que lo haya visto jugar dice que estaba para dar el salto a 1era division y que de hecho, varios equipos se comunicaron con el. Sin embargo el tano decidio quedarse en su pueblo para continuar trabajando como maestro mayor de obra. Su oficio de corazon. Ese defensor, ese tano que todavía se está
acostumbrando al aire frio de la Patagonia y que desquita su enojo sobre el campo
de juego es mi abuelo, Mario Capaccioni.
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